martes, 6 de noviembre de 2007

Dolor por osteoporosis

¿Qué es la osteoporosis?

Es una enfermedad muy frecuente (en España afecta a 2,5 millones de mujeres) que se caracteriza por una disminución de la densidad de los huesos por pérdida del tejido óseo normal. Aunque no es la única enfermedad del metabolismo oseo, sí es la más frecuente. El hueso está correctamente calcificado, pero existe menor cantidad de hueso por unidad de volumen. Esto conlleva una disminución de la resistencia del hueso frente a los traumatismos o la carga, con la consiguiente aparición de fracturas.

Según la OMS, es uno de los problemas de salud más importantes y la ha calificado como "epidemia intolerable".


El hueso es un tejido vivo, en constante renovación. Por un lado se forma hueso nuevo (formación ósea), y, simultáneamente, se destruye hueso envejecido (reabsorción ósea). Aparece osteoporosis cuando se rompe el equilibrio entre ambas, porque disminuya la formación de hueso nuevo, porque aumente la reabsorción, o por ambas causas simultáneamente.

¿Cuáles son sus causas?

Sólo en un pequeño porcentaje de los casos conocemos las causas de la osteoporosis. Son las osteoporosis secundarias, en las que ésta aparece como consecuencia de otra enfermedad. Es el caso de enfermedades endocrinológicas, como la diabetes, el hipertiroidismo o los hipogonadismos, enfermedades reumáticas, como la artritis reumatoide, enfermedades hematológicas como el mieloma o la mastocitosis, o los casos de osteoporosis relacionados con el uso de algunos fármacos como los corticoides o la heparina. En el 70% de los casos, la influencia genética es muy importante.

Sin embargo, la gran mayoría de enfermos tienen una osteoporosis primaria, en la que distinguimos tres grandes grupos, la osteoporosis idiopática juvenil o del adulto, sin causa conocida, la osteoporosis tipo I o postmenopáusica, en la que influye decisivamente la falta de estrógenos que se produce en la mujer en ese periodo de su vida, y la osteoporosis tipo II o senil, que es la producida por el envejecimiento.

Existen también numerosos factores que aumentan la pérdida de masa ósea que acompaña la edad, y que, por tanto, multiplican el riesgo de padecer osteoporosis y sus consecuencias. Entre ellos cabe destacar la inmovilización, el tabaco y el alcohol.

Recientes investigaciones, atribuyen un aumento en la frecuencia de fractura de cadera en aquella pacientes que han tomado, durante más de un año (ingesta prolongada), fármacos para la acidez del estómago de los llamados "Inhibidores de la bomba de protones (IBP)" (JAMA, 2006; 296:2947-53). Al parece, y aunque no se ha comprobado en humanos, la disminución de la acidez gástrica, afecta a la absorción de las sales de calcio, lo que podría conducir a una disminución de la densidad mineral ósea. En estos enfermos se recomienda incrementar la ingesta de calcio .

¿A quién afecta esta enfermedad?

Se trata de una enfermedad que puede afectar a cualquier persona. Con el paso de los años todas las personas van perdiendo masa ósea, por lo que la osteoporosis es especialmente frecuente a partir de los 70 años. También las mujeres en los primeros años después de la menopausia son un grupo especialmente afectado por esta enfermedad. A partir de los 50 años, muchas mujeres sufren la enfermedad sin saberlo.

Las personas delgadas parecen tener más predisposición genética para syfrir osteoporosis.

Se calcula que sólo un 10 % de enfermos con Osteoporosis, reciben el adecuado tratamiento para esta enfermedad.

Factores relacionados con la Osteoporosis

Antecedente de fractura o fracturas a partir de los 50 años.

Fractura materna del fémur.

Edad avanzada (> 65 años)

Bajo peso (< 50 Kg.)

Menopausia precoz, espontánea o quirúrugica (< 45 años)

Baja ingesta de calcio

Inactividad física prolongada

Fármacos: corticoides, inhibidores de la aromatasa (utilizados en el cáncer de mama y de las gonadotropinas), hidantoína.

Enfermedades que favorecen la osteopenia: hipertiroidismo, trasplantes, síndrome de Cushing, enfermedades del hígado, hiperparatiroidismo, enfermedades inflamatorias crónicas y anorexia nerviosa, entre otras.

¿Cuáles son los síntomas que produce?

La osteoporosis no produce síntomas, no duele ni causa ninguna alteración en sí misma. Sin embargo, al producirse gran fragilidad en los huesos, aparecen con gran frecuencia fracturas óseas, que son las que condicionan los síntomas en estos enfermos.

Hasta hace poco se pensaba que la causa de esta osteoporosis postmenopáusica era el déficit de estrógenos, perorecientes investigaciones sugieren que el incremento de la actividad de la hormona folículo estimulante (FSH), puede jugar un papel importante, lo que abra una vía a nuesvas posibilidades terapéuticas.

Las fracturas más frecuentes en la osteoporosis de la mujer postmenopáusica son las fracturas vertebrales, que producen dolores muy agudos en la espalda y condicionan la aparición progresiva de deformidades de la misma, fundamentalmente disminución progresiva de la talla por aplastamientos vertebrales. Este dolor puede dar paso a un dolor sordo y más continuo, producido por microfracturas, y que muchas veces es el síntoma que lleva al diagnóstico. La osteoporosis del anciano produce típicamente fracturas en los huesos largos, sobre todo en la muñeca, y más aún en el fémur, siendo la responsable de las típicas fracturas de cadera de las personas mayores.

¿Cómo se diagnostica?

No existen alteraciones de los análisis básicos que permitan hacer el diagnóstico. Aun cuando el diagnóstico de certeza se obtiene con el estudio de la biopsia del hueso, en la práctica habitual se utilizan diversas técnicas radiológicas para el diagnóstico, que además son también útiles para valorar la evolución de la enfermedad y la respuesta al tratamiento, siendo la más importante de ellas la Densitometría, que debería realizarse en todas las mujeres postmenopaúsicas, aún sin factores de riesgo específicos.

Las más inespecíficas son las radiografías simples de los huesos afectados, que muestran osteoporosis cuando ésta ya está bastante avanzada. En los últimos años se han introducido los distintos modelos de densitómetros, que son capaces de medir la densidad del hueso respecto a un patrón determinado.

¿Cómo se trata la osteoporosis?

Como medidas generales, es necesario hacer mención de la dieta, rica en calcio y baja en proteínas, la abstención de tóxicos como el tabaco y el alcohol, y el ejercicio físico habitual. Cuando la dieta no garantiza una cantidad adecuada de calcio, deben administrarse suplementos, teniendo en cuenta que las necesidades de calcio son de unos 1000 mg al día, y aumentan en el embarazo o en la menopausia (hasta 1200-1550 mg/dia). Es importante recordar que el calcio sólo no ha demostrado eficacia en disminuir las fracturas de las enfermas con osteroporosis.

En los últimos años se han acumulado datos suficientes para demostrar la importancia que la Vitamina D, a dosis elevadas, tiene a la hora de evitar las pérdias excesivas de masa ósea que se producen por causa de la edad así como para reconocer su papel fundamental en la función muscular.

La Vitamina D no se obtiene con facilidad a través de la dieta, sino que su principal fuente es la luz del sol y pese a las abundamentes horas de sol en España, la insuficiencia de Vitamina D en las personas mayores es generalizada. La exposición solar adecuada de unos 15-20 minutos al día, al menos 3 días a la semana es importante para mantener la síntesis de Vitamina D.

Hoy en día se recomienda suplementar el tratamiento de la osteorporosis con Vitamina D. La Vitamina D se obtiene de los pescados grasos (salmón, atún, sardinas...), de sus enlatados y conservados, yema de huevo, leche, queso y mantequilla o margarina. La dosis diaria recomendada oscila entre las 400 y 600 UI/dia (aumenta a medida que aumenta la edad), y la dosis media que ingiere la población española está entre las 60 y 200 UI/día.

En el tratamiento de la osteoporosis, y también en su prevención, se utilizan fármacos que disminuyen la reabsorción de hueso. Entre ellos se encuentran los anticatabólicos y antiresortivos, bisfosfonatos, alendronato, risedronato, ibandronato, los moduladores selectivos de los receptores estrogñenicos, como el raloxifeno o las calcitoninas, los anabólicos u osteoformadores, como los análogos de la PHT (ver más adelante) y los llamados de "acción mixta", como el ranelato de estroncio. Estos fármacos permiten llegar a detener la pérdida de masa ósea y evitar o retrasar las fracturas, que son la principal consecuencia de la enfermedad. Los estrógenos, antes ampliamente utilizados, han perdido papel en el tratamiento de la osteroporosis, esencialmente por sus efectos secundarios (aumento de riesgo de cáncer de mama, cardiopatía isquémica, accidente cerebral vascular y tromboembolismo venoso).

Aunque teóricamente el flúor es un fármaco que puede aumentar la formación de hueso, el hueso producido parece tener una menor calidad y, por tanto, una menor resistencia, por lo que su uso no se ha extendido y no existen en España preparados disponibles.

La lucha contra el sedentarismo mediante la práctica de una actividad física moderada es un aspecto relevante en el tratamiento de la enfermedad.

Nuevas formulaciones galénicas, como por ejemplo el Ibandronato, permiten mejorar el cumplimiento de la medicación, pues son de una sólo toma oral mensual.

En la osteroporosis grave se utiliza actualmente la Teripartida (via subcutánea), pero una nueva molécula específicamente formadora de hueso, la PTH (Hormona Paratiroidea Humana Endógena), que se administra por vía subcutánea, parece llamada a sustituirla.

El Ácido Zolendrónico, se administra de forma endovenosa, durante 15 minutos y en una sola aplicación anual, lo que permite una gran adhesión al tratamiento. Presenta efectos secundarios frecuentes, como arritmias, inusuales en otros tratamientos para la osteoporosis. Mejora la densidad ósea y disminuye el riesgo de fractura vertebrañ y de cadera de forma muy significativa.




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DECÁLOGO DE LA OSTEOPOROSIS

1. Nunca se debe atribuir al envejecimiento fisiológico. Es una alteración patológica del proceso de renovación del hueso (remodelado).
2. Puede afectar a ambos sexos. Aunque es una enfermedad que afecta predominantemente a la mujer, los hombres mayores también pueden padecerla.
3. Su complicación más grave y frecuente son las fracturas por fragilidad. Las fracturas disminuyen la capacidad funcional del anciano, pudiendo llegar a ser causa de dependencia y, además, acortan su vida.
4. La producción de una fractura por fragilidad es causa suficiente para establecer el diagnóstico. Actualmente ya no se considera necesaria la medición de la masa ósea para establecer el diagnóstico tras una de estas fracturas.
5. Una dieta rica en calcio y vitamina D es esencial para su prevención. El pico máximo de masa ósea se alcanza en la tercera década de la vida. No obstante, sigue siendo importante el contenido de calcio de la dieta a todas las edades. Para las personas mayores, ésta debe contener entre 1.200 y 1.600 mg/día.
6. El ejercicio físico también es indispensable. Una persona inmóvil pierde calcio por orina disminuyendo la densidad del hueso. Por tanto, debe ser prioritario mantenerse activo y en forma.
7. Se deben evitar tóxicos como el café, alcohol y tabaco. Todos ellos favorecen la desmineralización del tejido óseo.
8. Las caídas favorecen las fracturas por fragilidad. Detectar factores de riesgo de caídas prevendrá muchas complicaciones. Por ello es conveniente no acumular fármacos, revisar periódicamente la tensión arterial, la vista y el oído, acudir al médico en caso de inestabilidad y retirar todos los obstáculos que puedan entrañar algún peligro.
9. Hay que tratarla siempre. Una vez diagnosticada la enfermedad, es absolutamente necesario instaurar un tratamiento adecuado, sea cual sea la edad del paciente.
10. La instauración de un tratamiento específico no evita la aplicación de las medidas preventivas antes comentadas. El ejercicio físico y la ingesta de dosis suplementarias de calcio y vitamina D son medidas preventivas complementarias que hay que mantener siempre.


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aLe recomendamos que acceda a nuestro Foro de Pacientes, donde podrá contactar con otros afectados y con profesionales, obteniendo información veraz y contrastada.

aRecientes reportes han informado de efectos secundarios de dolor y severa fatiga en pacientes bajo tratamiento con Bisfosfonatos (Alendronato, Risedronato...). Consulte con su médico si hace poco que ha iniciado su tratamiento e inicia dolor e intensa fatiga (enlace extero a la nota de la FDA).

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